PET: el material líder en la producción de envases desechables para hostelería
El plástico PET, o tereftalato de polietileno, es uno de los materiales más utilizados para la producción de envases desechables y reciclables en hostelería. Este tipo de plástico se ha vuelto muy popular en los últimos años, sobre todo teniendo en cuenta la gran cantidad de ventajas y usos que ofrece en el sector. En este artículo te explicamos exactamente qué es el PET y cuáles son los usos del PET en hostelería. Así mismo, respondemos a varias cuestiones de interés general para resolver todas tus dudas. ¡Sigue leyendo para informarte sobre el PET plástico!
¿Qué es el PET?
Al hablar del PET plástico, significado y en qué consiste exactamente es importante aclarar que su definición proviene de una sigla del inglés que se traduce por polyethylene terephthalate o tereftalato de polietileno, en español. Se trata de una fibra y resina sintética fuerte y rígida que forma parte del grupo de los polímeros de poliéster. El PET se consigue hilando en tejidos de prensado permanente que se moldean por soplado en la gran mayoría de botellas de bebida desechables. Si entramos en detalles técnicos podemos destacar que este tipo de plástico PET se fabrica mediante la polimerización de etilenglicol y ácido tereftálico. En el momento en el que se calientan ambos componentes de manera conjunta, y mediante la acción de varios catalizadores químicos, tanto un material como otro se unifican y producen lo que se conoce como PET en forma de una masa fundida y viscosa de polímeros de cadena larga. Esta masa puede hilarse en caliente para obtener diferentes tipos de fibras o solidificarse para su posterior transformación como plástico.
Características de los envases PET
Ahora que ya sabes exactamente qué es el PET y cómo se obtiene, vamos a hablar de las características más destacadas de este material, las cuales hacen que resulte tan útil y popular en el sector de la hostelería. Lo primero que debes saber es que se trata de un tipo de envases de plástico para alimento en frío, es decir, es un plástico que ha pasado los diferentes controles y se adecúa a las normativas internacionales para su aprovechamiento como recipiente de plástico para guardar alimentos y líquidos. Este material, se identifica con el número 1 en la clasificación de los plásticos. Y es que, como habrás podido observar, los materiales plásticos suelen contener un código del 1 al 7 fácilmente detectable que los clasifica de acuerdo a sus usos y características. En el caso del PET nos encontramos con el más comercializado de todos ya que por sus características resulta muy ligero y tiene un bajo coste de fabricación. Pero no solo eso, también hay que hacer mención a la cualidad del plástico PET 1 reutilizable.
Y es que, aunque se trata de un plástico desechable muy utilizado para todo tipo de envases en hostelería, cuenta con la principal ventaja de que puede ser reciclado sin problemas y en varias ocasiones, lo cual supone una gran ventaja para reducir los problemas de generación de residuos y la contaminación. El plástico PET o tereftalato de polietileno, por otro lado, también puede ser reutilizado —aunque no haya sido concebido para este fin—. En este último caso, lo único que hay que hacer es limpiarlo correctamente. Eso sí, en el caso de las botellas PET no es tan recomendable, más bien en las bandejas PET sellables y siempre para alimentos en frío.
Principales usos del PET en hostelería
Como indicábamos en el punto anterior a la hora de hablar sobre las características de estos envases de plástico para alimento, el PET es uno de los plásticos más utilizados, sobre todo en el sector de la hostelería. Lo podemos encontrar en vasos, platos, botellas PET, bandejas PET, bolsas PET y otros muchos productos más. Incluso los cubiertos de plástico que normalmente son de color blanco y se comercializan en packs que contienen grandes cantidades. Por supuesto, el uso más común es de las botellas de plástico que, generalmente, suelen contar con pliegues para que puedan ser aplastadas fácilmente y recicladas con mayor comodidad, pero también para las tradicionales tarrinas PET transparentes que se utilizan, sobre todo, en las casas de comida para llevar.
El uso del PET es ideal para las empresas con servicio de catering. Este tipo de envases son ligeros, limpios y transparentes. Esta última cualidad resulta muy útil, por ejemplo, si tenemos presentados los alimentos en las tarrinas de plástico, para que los clientes puedan ver cuál de todos los platos prefieren llevarse a casa. Por supuesto, los envases para hostelería en formato de bandeja PET o tarrina ya vienen incluidos con su tapa para poder sellarlos cómodamente y ayudar a conservar la temperatura de la comida en su interior, además de facilitar el transporte y la higiene. En algunos casos, también se suele optar por hacer uso de film transparente de plástico para acabar de envolverlos —cuando no tienen tapa—.
En cualquier caso, los envases PET —sean para líquidos o para alimentos— cuentan con la ventaja de que nos permiten transportarlos cómodamente y de manera segura, evitando que se derrame el contenido de su interior mientras los trasladamos. Además, y muy importante, resultan muy económicos. Este material, gracias a su fácil reciclaje y fabricación, puede adquirirse en grandes cantidades a un precio muy justo y competitivo.
¿El plástico PET es tóxico?
La utilización de los plásticos PET no implica ningún riesgo para la salud en el sector alimentario. Son muchos los estudios y pruebas que se han realizado al respecto para demostrarlo. Este material ha sido investigado minuciosamente para que cumpla con todos los propósitos de proteger cualquier clase de comida, pero también para garantizar un peso ligero durante su traslado —dos cualidades que no ofrecen otros tipos de plásticos—. Eso sí, es importante que si tienes pensado hacer uso de plásticos para conservar alimentos averigües bien ante qué tipo de material te encuentras y si es apto para ello o no según la normativa actual, ya que algunos plásticos pueden contener sustancias tóxicas que además tardan bastante tiempo en degradarse por completo —aunque, repetimos, no es el caso del PET plástico—.